Mucho se ha hablado de la “generación Y” o los Millenials, sin embargo, en esta ocasión me gustaría reflexionar sobre la generación que serán nuestros consumidores del 2020; es la llamada generación Z, o aquellas personas nacidas posterior al año 2000. Para ello, he tenido la suerte de congregar a una selección de los mayores expertos sobre las nuevas tecnologías, social media, y digital arena. Expertos en el ámbito académico, empresarial y perdiodistico.
- Miguel Angel Trabado es Ponente en IESE y conferencista internacional.
- Raquel Roca es Periodista y Docente Master Marketing Digital, experta en Brand PR además de ser Ponente y Autora de varios libros.
- Juanita Acevedo es Formadora Empresarial, Coach Personal y Conferencista Internacional.
- Elena Betés Novoa es directora en Admiral Group (Le Lynx, Rastreator).
- Lucía Fernández Ramón es periodista y editora experta en Redes Sociales y estrategias SEO.
Es importante ver como los expertos coinciden en reflexionar sobre el concepto de “nativos digitales puros” (Miguel Angel Trabado), donde nuestros consumidores del 2020 responderán a esquemas mentales digitales mientras que las organizaciones estarán dirigidas (en gran medida) por mentes de la era analógica; los “inmigrantes digitales” (Juanita Acevedo).
Las nuevas maneras de relacionarse con el trabajo cambiaran los estamentos establecidos. Freelancers por definición y con una habilidad para generar networkings impresionantes gracias a las redes sociales (Miguel Angel Trabado). Más del 70% de los estudiantes de secundaria tienen previsto su futuro como emprendedores montando su propia empresa (Elena Betés).
La nueva manera de comunicación es un tema cubierto en profundidad por Raquel Roca, es claramente un factor diferencial de esta generación. Los llamados emojis son una manera muy habitual de comunicarse entre los más jóvenes que las compañías y el marketing todavía tienen que entender. Para qué molestarse en escribir “te echo de menos”, “me alegra mucho” o “me toca las narices” si tengo a mi disposición un simpático emoji que te va a hacer llegar mi sonrisa o mi beso o mi cara de cabreo.
Lucia Fernandez nos trae una interesante reflexión filosófica del impacto que tendrán las nuevas tecnologías en los adultos del futuro. Como ella dice: “Pero, ¿qué podemos esperar de una generación que vive en un mundo que trata a los gamers como atletas y las celebridades de YouTube son la rebelión contra los medios tradicionales? Efectivamente, entre la generación Z existe una nueva hornada de hackers, activistas, gamers y emprendedores”.
Raquel Roca nos destaca esta infografia de Randstad Workmonitor donde claramente confirma que la Generacion Z esta enfocada al autoempleo o trabajo flexible, con un profundo conocimiento de las nuevas tecnologias.
Os animo a profundizar en estos y muchos más conceptos de la mano de nuestros expertos.
Juan Jose Delgado
Customer & Digital Marketing Strategist | Professor Customer Centric | Founder and Director of Neuromarketing en Español
Miguel Angel Trabado:
La Generación Z es la primera generación global y digital verdadera, totalmente conectada y con capacidad para cruzar fronteras en cualquier dirección. Los primeros “nativos digitales puros” siempre han tenido acceso a un universo de información sin precedentes, rodeados de un entorno hiper-conectado, repleto de contenido al alcance de pulsar tan solo una tecla. Las viejas bibliotecas acabaran siendo como los discos de vinilo, un lugar para saciar la nostalgia de los más románticos.
Los integrantes de la generación Z están creciendo en un entorno mucho más diverso y con muchos menos prejuicios raciales. Desde edad muy temprana se han habituado a utilizar varios dispositivos simultáneamente, lo que les ha llevado a desarrollar una excelente capacidad “multitask”. Gracias al uso adecuado de las redes sociales, podrán construir redes de “networking” impresionantes, y a día de hoy, ya están mucho más comprometidos con el medio ambiente, de hecho, serán mucho más activistas.
A nivel laboral, la generación Z incrementará la actual tendencia de trabajar como freelancers, de hecho muchos de sus integrantes serán freelancers permanentes, ya que no tienen el sentimiento de compromiso con la empresa, ni la necesidad de seguridad de otras generaciones, especialmente los boomers y los X.
Estamos hablando por tanto de una generación plural, global, emprendedora e hiperconectada, habituada al uso de la tecnología y muy consciente de la relevancia del entorno que les rodea.
Obviamente, el abuso de la tecnología puede producir alteraciones e incluso enfermedades como el “síndrome del túnel carpiano” alteraciones de la audición, enfermedades oculares, alteraciones del sistema nervioso, dependencia, etc. si bien, estas alteraciones no afectan exclusivamente a la generación Z, e incluso podríamos decir que los riesgos son mayores en generaciones anteriores, en muchos casos motivados por la falta de hábito en su utilización.
Otras alteraciones como el “efecto google”, la “nomofobía” o el “dedo de blackberry” están afectando más a esta generación, motivadas simplemente por un mayor uso de los dispositivos.
Lo que es evidente, es que los jóvenes nativos digitales son realmente hábiles en la utilización de las nuevas tecnologías, pero no lo son tanto en el trato “cara a cara” con el resto de seres humanos. Siguen siendo sociables, pero son menos empáticos, y desde luego mucho más individualistas y hedonistas. Habrá que ver cómo afectan sus limitadas relaciones interpersonales en el desarrollo de su inteligencia emocional.
La visión pesimista sobre la juventud no es nueva. La tablilla babilónica, de más de 3.000 años de antigüedad, reza «La juventud de hoy está corrompida hasta el corazón, es mala, atea y perezosa. Jamás será lo que la juventud ha de ser, ni será capaz de preservar nuestra cultura». Lo cierto, es que la generación Z, del mismo modo que lo han hecho las anteriores, y en este caso apoyada por la tecnología, nos dejará como legado un mundo mejor.
GeneraZión: Lo que podría ser un más o menos ingenioso juego de palabras para alguien de la generación baby boom o de la X, para una persona de la Milénica y de la Z sería, sencillamente, una efectiva manera de ahorrar tiempo y espacio digital. Un término dos en uno, de lectura rápida, un juego intelectual instantáneo y no premeditado. Para qué poner como título “La Generación Z” cuando podemos (sin permiso de la Academia, eso sí) “deconstruir” y reconstruir el lenguaje de tal manera que nos sigamos entendiendo pero además sin gastar excesivo tiempo en la elaboración de esa frase, ese chat, email, tuit o whatsapp (la tilde me ha salido por defecto, no creo un Z la pusiera).
Para qué distraerse de más, cuando tengo a la vez un montón de canales abiertos, que esperan también una lectura/respuesta rápida e instantánea. Para qué molestarse en escribir “te echo de menos”, “me alegra mucho” o “me toca las narices” si tengo a mi disposición un simpático emoji que te va a hacer llegar mi sonrisa o mi beso o mi cara de cabreo. Ya lo sabemos: una de las principales características de los integrantes de la Generación Z (chic@s nacidos a partir de 1994) es que son auténticos adictos a la comunicación emoji vs palabra. Si ha sonado a crítica, no lo es.
Creo que la aparición de las caritas (stickers) de todo tipo ha supuesto una transformación importantísima en la sociedad (digitalizada) para convertirnos en mejores personas. Y lo digo muy en serio. Hasta la llegada de las sonrisas, así como las lágrimas y demás caritas expresivas, la comunicación de las emociones brillaba por su ausencia. Ahora, expresamos lo que sentimos sin pudor, pública y abiertamente, porque nos sentimos protegidos por ese emoji universal, que usan millones de personas al igual que nosotros; hemos perdido la vergüenza a transmitir las emociones, en parte porque una pegatina (una imagen) nos lo pone más fácil que el tener que usar las palabras. Así que sí, defiendo el uso y abuso del emoji porque curiosamente nos hace más humanos.
Las conversaciones que mantengo con los más pequeños de la familia (alrededor de 10 años) vía Smartphone están exclusivamente basadas en envío de stickers. ¡Solo imágenes! Y alguna que otra mini frase de por medio. Alucino con la inteligencia de estos niños en la selección del sticker de un modo preciso y adecuado (aplicaciones como Line tienen miles de opciones de pegatinas) y de la rapidez para seguir la conversación. Para mi es una comunicación muy inteligente. Y por supuesto divertida además de, como decía antes, también emotiva.
Es, sencillamente, otro nuevo tipo de lenguaje que aparece como consecuencia del nacimiento de otras nuevas formas de comunicación como son las redes sociales. Sus cabecitas piensan en 4D y este tipo de lenguaje les va como anillo al dedo. Y a mí, que nací a finales de la generación X, cuando “converso” con ellos me obligan a ponerme las pilas para igualarles en velocidad y sensatez en la respuesta. Según el último estudio trimestral sobre mercado laboral Workmonitor realizado por Randstad en 32 países, el 65% de los Z podría dar lecciones de tecnología a sus compañeros de más edad. Qué bien tenerles cerca.
He escogido este tema, dentro del enorme abanico de posibilidades que tiene el hablar de una generación compuesta por 2.000 millones de personas (8 de esos millones en España), porque justo hace unos días estuve escuchando a algunos docentes (profesores) en el evento “Mentes Brillantes 2015” que organiza anualmente El Ser Creativo. Y salió a colación, en concreto lo mencionó el Dr. Gregorio Luri, esa preocupación –o crítica- que cuando leemos algo relacionado con esta generación siempre emerge. Los chicos Z, como grandes consumidores de “snack media” que son, tienen poca capacidad de centrar su atención… en una sola cosa.
Aunque sí son capaces de tener varios frentes abiertos a la vez. Como este trabajo consiste en evaluar los beneficios y riesgos de las nuevas tecnologías en estos chavales, no puedo dejar de mencionar esa posibilidad de que esta instantaneidad propia de esta era en la que les ha tocado nacer y crecer, les haga desarrollar una mente “multicapaz” pero a la vez mucho más dispersa.
Hay algún estudio al respecto, como el elaborado por el National Center for Biotechnology Information (ojo, sobre niños americanos, tengámoslo en cuenta) que dice que hay un 11% de niños entre 4 y 17 años diagnosticados con Déficit de Atención e Hiperactividad. Otro: El National Center for Biotechnology Information ha calculado que los menores estadounidenses pueden mantener su capacidad de atención centrada en un foco una media de 8segundos, frente al lapso medio de 12 segundos en el año 2000. La cifra es muy alta –una- y muy baja- otra-, pero a la vez soy bastante recelosa de este tipo de diagnósticos; hasta no contar con estudios rigurosos nacionales, solo me atrevo a dejar esta cuestión sobre la mesa. Sin duda tener buena capacidad de concentración me parece importantísimo, pues los mejores momentos laborales y los grandes logros suelen conseguirse cuando uno entra en estado de flow, por lo que deberemos mirar esta cuestión de cerca para ayudar a nuestros chavales a centrarse, en caso de que realmente se dispersen… y no sepan volver.
Porque distraerse, teniendo la capacidad de volver, no es un problema, es sencillamente, a human way of being human. Lo que no me parece defendible son las teorías de que las redes sociales, con estas nuevas maneras de expresión y estos lenguajes “exprés”, se están “cargando” las mentes y la creatividad de los Z. Creo, obviamente generalizando, que ellos saben perfectamente dónde, cuándo, cómo y sobre todo porqué escribir con símbolos o abreviaturas, y cuando –y sobre todo dónde y porqué- escribir como “dios” (léase RAE) manda.
No me parece que sea precisamente una generación mal formada ni pasota como sí ha habido otras (ésta, dicen, es una de las más comprometidas con el Planeta tierra y todo tipo de causas. El 95% piensa que debe ayudarse a quien lo necesita, según un estudio elaborado por la inglesa Noreena Hertz). Ahora, eficientes, efectivos y ahorrativos (de tiempo y también de dinero) lo son un rato. Si realmente es Tavi Gevinson (rookiemag.com) uno de sus iconos y referentes como aseguran, la chica, además de artista y actriz ¡es escritora! Cómo se expresa otros de sus iconos, Logan Laplante, es este TEDx tampoco les deja en mal lugar, precisamente. ¡Qué discurso inteligente!
Creo que son una generación afortunada, por haber nacido y crecido en armonía con las nuevas tecnologías, las cuales les ayudarán a labrarse sus propios caminos de manera knowmad, responsable e independiente, llenando el mundo de nuevas y frescas ideas: el 72% de los Z quieren abrir su propio negocio; cinco de cada diez jóvenes encuestados por Gallup y Operation HOPE cree que trabajarán por cuenta propia en el futuro, el 63% piensa que el espíritu emprendedor se debe enseñar en la universidad, y el 3% de ellos ya ha creado un negocio ¡antes de cumplir los 20! Van a hacer cosas que les motive y les emocione. Van a elegir y a decidir qué les hace felices, y harán de ello su medio de vida.
Creo que son una generación estupenda. Entre otras cosas, porque el cómo les miremos y lo que pensemos de ellos –influencia inevitable en toda persona en periodo de desarrollo y crecimiento- es lo que ellos verán reflejado en nuestros ojos y lo que acabarán adoptando como cierto. Así que mirémosles y ayudémosles a ser esa gran generación que hará que el mundo sea un poquito mejor.
Juanita Acevedo:
TODO A UN SOLO CLICK
Siempre recordaré una película americana en la que unos jóvenes estudiantes de instituto desde sus casas con sus ordenadores se intercambiaban información usando internet. Yo estaba cursando mi licenciatura de Empresariales y recuerdo que pensé “ojalá tuviera acceso a esa maravillosa tecnología que me ayudaría mucho para hacer los trabajos con mis compañeros y evitar así tener que coordinar agendas para hacer interminables y en ocasiones poco productivas reuniones de grupo”.
Al poco tiempo, cuando esa “maravillosa tecnología” llegó a mis manos para quedarse y luego evolucionar muy rápidamente hacia foros, chats, salones privados, cyberamigos, cafés internet, los modem y las cuentas de teléfono impagables, me fui dando cuenta que ya hacían parte del día a día de mi Universidad, luego de mi trabajo y encontró cabida en mi vida personal ahora en formatos diferentes como los blogs, las redes sociales, WhatsApp, las Apps y por fortuna la fibra óptica.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación evolucionan cada vez más rápido y para los que somos inmigrantes digitales resulta cada vez más “retador” seguir ese vertiginoso ritmo que algunos, por más que así lo deseen, no pueden. Pero, a diferencia de ellos, para los nativos digitales esto no resulta ningún problema porque nacieron con un e-mail bajo el brazo.
La generación Z nació híper-conectada e híper-informada. Para ellos los medios de comunicación natural son los ordenadores, los móviles y las tablets. Para ellos el mundo es pequeño y tienen la capacidad de hacer múltiples tareas a la vez porque tienen una habilidad infinita para saberlo y tenerlo todo a un solo click. Para ellos la tecnología es tan importante como saber leer o escribir. Sencillamente, esta generación nació con un chip diferente que les permite adaptarse a nuevos programas, sistemas, aplicaciones y comprenderlos, desarrollarlos, compartirlos y hasta vivir de ellos porque saben utilizar las ventajas de la tecnología a su favor en cualquier parte del mundo.
Ahora bien, lo interesante de conocer la “oscuridad” es que cuando conoces la claridad la valoras mucho más. Y, esa fortuna solo la tenemos los que hemos conocido los LP´s, el betamax, el fax, el beeper y hemos tenido la gran fortuna de hacer trabajos en grupo hasta altas horas de la madrugada entre risas, pizzas y unas cervezas para acompañar la laboriosa velada.
En efecto, hoy no sabríamos como vivir sin Google pero, si aún hay, sabríamos buscar en la enciclopedia de casa; tenemos Tablet pero sabemos disfrutar de pasar las hojas de un libro; aunque reconocemos lo maravilloso que es Facebook para conectar con antiguos compañeros sabemos lo grato de hacer reuniones de exalumnos; aunque agradecemos la existencia del e-mail y de WhatsApp sabemos lo que es esperar con ansiedad la carta de amor escrita a pulso por un admirador; nos emocionamos con los videojuegos de última generación y la realidad aumentada pero cuanto nos divertimos jugando pac-man y, definitivamente, aunque valoramos la existencia de tantas fuentes de información con los Blogs de todas índoles recordamos con añoranza leer el diario a primera hora con una buena taza de café.
En fin, son inmensos los beneficios que traen consigo las nuevas tecnologías y el social media pero siempre la esencia debe permanecer intacta sea cual sea la generación de la que hablemos. La esencia de las relaciones personales, de la honestidad, de la empatía, de los pequeños detalles, de la sencillez, del compartir, de la familia, de la hermandad, de la igualdad, de la paz, de la verdad, del amor y del respeto por encima de los millones de bits que existen en la red.
La generación Z vive en función de la inmediatez y de trabajar en comunidad. Dan por sentado que en la red todo está a un clic pero, han de saber que en la vida real todo lleva un proceso, que hay que tener paciencia, que todo toma su tiempo, que las cosas llegan cuando tienen que llegar, que los protocolos se pueden mejorar pero siempre existirán, que el trabajo en equipo es fundamental pero que también hemos de ser lo suficientemente autónomos para alcanzar nuestras metas. Deben comprender que la experiencia que dan los años es muy valiosa y genera grandes resultados cuando se combina con las nuevas formas de ser y de hacer. Y, en particular, tendrían que entender que el “poder” que los nuevos medios de comunicación les han dado para hacerse sentir y escuchar, como todo poder, conlleva una enorme responsabilidad.
Nativos digitales ustedes tienen la “fortuna” de haber nacido en un mundo donde el conocimiento es la gran moneda de cambio; en el que la comunicación es bidireccional; en el que las jerarquías desaparecen y en el que es posible trabajar desde casa en aquello que realmente les hace felices, disfruten con ello pero cuando se sientan perdidos en la veloz autopista del ciberespacio hagan click pero para volver al modo manual, para retornar a sus valores, a su verdadera esencia.
Elena Betés Novoa:
UNA NUEVA GENERACIÓN en la cual la TECNOLOGÍA determina una NUEVA FILOSOFÍA DE VIDA
Hasta hace muy poco los esfuerzos se centraban en entender la denominada Generación de los Millennials, sin embargo, debemos ir centrando nuestra atención en una nueva generación que ya está llamando a nuestra puerta, la Generación Z.
La Generación Z está constituida por aquellas personas nacidas después de 1991 y que en países como EE.UU. tienen ya un peso relevante, superando en la actualidad el 25% de la población del país; poseen unos ideales y un código ético propio y se trata de una generación que parece tenga a priori las cosas mucho más claras que las generaciones anteriores. Han crecido en unos años de auténtica revolución social y muestran preocupaciones por el medio ambiente y las diferencias sociales, practicando en un alto porcentaje tareas de voluntariado, viven en un entorno de colaboración facilitado en muchas facetas de su vida de manera gratuita gracias a la tecnología.
Esta generación ha nacido con la tecnología bajo el brazo, tienen una relación estrecha con internet. Sus hábitos van desde el uso de plataformas online para estudiar (uno de cada tres lo hace) hasta la utilización de Youtube como canal de información para preparar sus asignaturas (más del 50% lo utiliza de forma habitual).
Respecto a su futuro como trabajadores tienen las cosas claras. Más del 70% de los estudiantes de secundaria tienen previsto su futuro como emprendedores montando su propia empresa, pero además no están dispuestos a trabajar en cualquier cosa, sino que quieren trasladar sus ideales a su trabajo, desarrollando una labor que realmente les apasione. Según algunos estudios que se han realizado entre miembros de las distintas generaciones, el 76% de los miembros de la Generación Z sueña con que su hobby se convierta en una fuente de ingresos, versus un 50% de los Millennials. Pero además, un 60% de los integrantes de la Generación Z querría que su trabajo contribuyese a mejorar el mundo.
Personalmente, creo que quizás sean la primera generación que aplicando la tecnología pueda modificar el mundo, porque, no nos engañemos, todos hemos sido idealistas y apasionados, pero ninguna generación fue más consciente de esa necesidad de emprendimiento conjugada con el deseo de mejorar el planeta; quizás deberíamos llamarlo deseo de autoempleo vs. ser empleado, y la tecnología les ayudará a que creen empresas sobre sus pasiones con mayor facilidad.
La Generación Z ha crecido en un universo tecnológico, de ahí que internet es el mundo en el que se interrelacionan. Más del 40% de ellos utilizan internet un promedio de tres horas diarias para buscar información y relacionarse con el mundo, consumiendo una gran cantidad de contenido en la red. Esta fuerza creciente ya está cuantificada en EE.UU. y se cree que mueve 44.000 millones de dólares cada año. Teniendo en cuenta que su capacidad adquisitiva actual es limitada, podemos hacernos una idea de la masa de consumo que conformarán en pocos años, simplemente, porque la mayoría de sus interacciones serán digitales.
También es importante tener en cuenta sus gustos y actividades en redes sociales; han crecido con ellas, aunque ya se puede apreciar en su comportamiento actual que han abandonado las redes sociales tradicionales (las que llevan operando varios años) en pos de otras plataformas. Facebook los captó hace tres o cuatro años y los está perdiendo a pasos agigantados, moviéndose a otras plataformas como Snapchat o Instagram. Otro de los puntos que no debemos perder de vista desde el enfoque de comunicación es el hecho de que son individuos absolutamente multipantalla, con un comportamiento muy visual, que generan su propio contenido y no comparten tanto el ajeno como hacen los Millennials y que llegan a utilizar, de media, hasta 5 dispositivos.
Esto se traduce en que el tiempo que tenemos para captar su atención es mínimo y la sobreimpactación es un hecho. Para ello, debemos trabajar también en el cambio de mensajes, que han de ser cortos, intensos y sobre todo visual, adaptado a todos los dispositivos y que sean capaces de impactar y picar la curiosidad de los nativos de la Generación Z en pocos segundos, ya que en caso contrario habremos perdido nuestra oportunidad. Si conseguimos que interactúen con el mensaje lanzado, que respondan y se involucren en él, habremos logrado nuestro objetivo, ya que estamos ante un nuevo consumidor, curioso, más activo, con las ideas muy claras y que quiere realizarse a través de sus acciones.
Nos encontramos ante un nuevo modelo de consumidor que poco tiene que ver con generaciones anteriores. Si los Millennials ya habían cambiado muchas cosas y habían hecho que las marcas cambiasen su forma de actuar con ellos, la Generación Z supone un nuevo reto en el que las marcas deberemos actuar con rapidez, cambiar lo que hacemos con nuestro consumidor actual y enfocar nuestros esfuerzos a la captación de estos nuevos consumidores, más exigentes y que podríamos calificar como consumidores 3.0.
Si Internet era un espacio clave para nuestros negocios, aún lo va a ser más, ya que el nativo de la Generación Z lo utiliza como un auténtico medio de vida. La red sigue en constante crecimiento e innovación y sin duda seguirá haciéndolo año a año y casi día a día. Por ello, monitorizar los cambios, aprender de los nuevos comportamientos y asumir el reto de afrontarlos, identificarlos y optimizarlos incluso antes de que ocurran se convierte en un reto que debemos asumir desde ya y superar. Este nuevo consumidor está cada día más cerca y su peso en los negocios de aquí a pocos años será fundamental.
Personalmente me gustaría que la generación Z cambie el mundo con su pro-actividad digital, que reduzca las fronteras y haga el mundo más equitativo.
Fuentes: Infografía de Marketo.
Lucía Fernández Ramón:
Hola a todos, formo parte de la generación Y. Somos alrededor de 71 millones. La mayor población desde el Baby Boom. Nos definen como increíblemente complejos, tecnológicamente inteligentes e inmunes a la mayoría de estrategias de marketing tradicionales… porque hemos crecido con ello, lo hemos visto hasta la saciedad y hemos estado expuestos desde una edad muy temprana. El primer libro de programación que cayó en mis manos lo hizo a mis diez años. ¡Ah! Y soy fan de la serie “Mr. Robot”. ¿La han visto?
Esto explica muchas cosas, pero no es lo que les quiero contar. La primera vez que pronuncié las expresiones “mal calibrada” o “recursos educativos”, mis hormonas ya provocaban extraños cambios en mi comportamiento y en mi cuerpo, pero esto tampoco es importante.
A lo que voy. Estas palabras las utilizaron mis hijos ¡de 5 y 4 años! respectivamente, al referirse a la pizarra electrónica que, de vez en cuando, emplean durante sus clases de ¡Educación Infantil!
Según algunos estudios, forman parte de una cepa tardía de los GenZers (nacidos entre 1995 y 2012). Esta generación, la Z, posterior a los Millenials (la generación Y –la mía, ¿qué hemos hecho?– o los EchoBoomers, según William J. Schroer) está empezando a despertar interés, no en vano son aproximadamente 23 millones y se propagan rápido…
La pregunta consecuente sería ¿deberíamos darle tanta importancia a una generación tan joven, a algunos que todavía no han pasado a Primaria o que no han nacido todavía? Y, lo que es más interesante, ¿por qué?
La respuesta es sencilla, muchos son el presente y otros formarán parte de un futuro complejo por el que caminar solos les dejará alguna cicatriz. Como bien señala la consultora Anne Boysen, han nacido en plena crisis y sentirán las consecuencias del cambio climático, el aumento de la población mundial, la pérdida de empleos debido al auge de la robótica y un drástico aumento de la edad de sus vecinos, especialmente si viven en un país desarrollado.
Sabemos mucho sobre el ambiente en el que están creciendo. Un entorno altamente diverso en el que las escuelas primarias ya son multirraciales, más que nunca. La incursión de la tecnología en las aulas está permitiendo una instrucción personalizada (en el mejor de los casos) que, junto con la minería de datos del historial de los estudiantes, diagnosticará de forma precisa la necesidad de clases de apoyo o acelerar las oportunidades de éxito, por ejemplo.
Sin embargo, su adaptabilidad a la tecnología no es generacional, ni poseen innatos cono-cimientos de informática. Estos nativos digitales están conectados de una manera diferente a los adultos, puede ser, pero se manejan mejor que nosotros sencillamente porque son niños.
Según un nuevo estudio de la Universidad de Berkley, no sólo los preescolares pueden ser más hábiles que los universitarios descubriendo cómo funcionan juguetes y otros extraños gadgets, sino que, al contrario de lo que se pensaba, también pueden aprender las relaciones abstractas de causa-efecto. Los niños tienen en cuenta configuraciones y posibilidades que los adultos descartan y “ven mejor”. No sólo nos sorprenden al resolver problemas complejos con su mirada fresca, también son más astutos que los ordenadores.
Por no hablar de quienes crean un documento en el portátil del colegio, lo repasan en su smartphone mientras van en el bus y lo revisan una vez más en casa mientras ven la televisión. Cambian del trabajo al juego, de lo real a lo virtual en cortos e intensos acelerones. Así nos podremos imaginar cómo van a redefinir su lugar de trabajo con este tipo de procesos.
¿Y cómo utilizarán, conectarán y protegerán los múltiples zetabytes de datos almacenados sobre ellos y su entorno? ¿Cómo los avances en nanotecnología, las comunicaciones móviles y el estudio de los genomas afectarán al cuidado de su salud? ¿Qué significarán los coches auto pilotados para el futuro del transporte, el crecimiento de las ciudades y el medio ambiente? ¿Qué harán cuando el 47% de los empleos actuales desaparezcan, muchos de ellos profesiones cualificadas?
Quizá estemos proporcionando a la tecnología un poder disruptivo excepcional, en lugar de recordar que difícilmente su simple irrupción cambiaría los aspectos fundamentales de lo que significa ser humano.
Algunas estadísticas señalan que los GenZers prefieren la comunicación en persona a la mensajería instantánea o el email, pero es cierto que esta generación también es nativa en lo que a redes sociales se refiere. Lo que significa que, o bien se lo proponen, o harán pocas distinciones entre la vida online y offline, y no podrán tener el control total de su privacidad a menos que se desenchufen.
Pero, ¿qué podemos esperar de una generación que vive en un mundo que trata a los gamers como atletas y las celebridades de YouTube son la rebelión contra los medios tradicionales? Efectivamente, entre la generación Z existe una nueva hornada de hackers, activistas, gamers y emprendedores.
Bien, es cosa nuestra, sí los padres. Mejor enseñarles a adaptarse que intentar frenarles para mantenerles a salvo (recuerden, tienen apenas unos segundos de atención, den las gracias a Snapchat y a los 6 segundos de vídeo de Vine).
No permitirles usar Internet tiene sus riesgos. Padres y empresas pueden y deben colaborar. Unos, sin miedo y fortalecidos, asegurándose de que los jóvenes van a poder manejarse ante experiencias negativas. Los otros, desarrollando herramientas de ciberseguridad, diseñando soluciones que alerten de comportamientos de riesgo o software de control parental que restrinja ciertas webs o redes sociales. Porque, además, el alcance social de la generación Z es global. Es sus pensamientos, interacciones y relaciones. Diversidad, ¿recuerdan?
Ya en la edad adulta, la necesidad de otros, y no el consenso, les hará afrontar grandes transformaciones y cambios de paradigma. Profesores, demógrafos, publicistas y políticos, debe-rían estar ya al tanto de que todo esto sucederá. ¿Querrán verlo?
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